Un cibercriminal turco fue condenado a 334 años en prisión

Onur Kopçak, de 26 años, deberá pasar prácticamente el resto de su vida en prisión tras haber recibido una sentencia de 135 años por robar datos de tarjetas de crédito de 11 personas y venderlos a otros cibercriminales. Sumada a la condena anterior de 199 años que había recibido en 2013 por fraude bancario, arroja un total de 334 años tras las rejas.

La sentencia más reciente fue emitida el domingo pasado por una corte de la ciudad turca de Mersin, según informó el diario local Daily Sabah. En el caso anterior, de 2013, se había identificado a Kopçak como parte de una red de phishing diseñada para recolectar datos de autenticación de clientes de bancos, engañándolos para que accedan a sitios falsos. Según la acusación, creó estas páginas para que lucieran legítimas, reproduciendo las originales y logrando afectar a 43 usuarios, cuyos datos robó.

Kopçak fue condenado por varios crímenes cibernéticos que incluyen robo de identidad, fraude de dispositivos de acceso, fraude electrónico y falsificación de páginas web.

Sin embargo, tal como señala Infosecurity Magazine, la sentencia que recibió puede parecer demasiado severa en comparación con la de otros cibercriminales que estuvieron involucrados en ataques de mayor escala en países occidentales. Por ejemplo, en 2010, Albert Gonzalez fue condenado a 20 años en prisión federal, lo máximo en los Estados Unidos, por su rol en el ataque a TJX Companies que derivó en el robo de 90 millones de números de tarjetas de crédito y débito.

En efecto, los años que deberá pasar Onur Kopçak tras las rejas no tienen comparación con los de otros cibercriminales arrestados, como Alonzo Knowles, que podría enfrentar hasta cinco años de prisión por cada uno de sus cargos – aún así, menos que los de su colega turco.

Así, Kopçak se convierte en el cibercriminal con la sentencia a prisión más grande. Sus abogados demandaron que sea menor y exigieron que se considere acortarla a 35 años, pero al parecer, las autoridades orientales son bastante estrictas.

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